Los copos de nieve caen
y Serena comienza a intranquilizarse.
La nieve le recuerda,
dice,
a las rayas de cocaína que se metía
entre pecho y espalda con su anterior pareja.
Me confunde cuando me lo cuenta.
No me queda claro si su malestar
obedece a la nostalgia
o al arrepentimiento.
Sería tan fácil como profundizar
en el asunto preguntándoselo.
¿Qué sería lo peor que podría pasar?
¿Que descubriera que se desvive por volver atrás en el tiempo?
¿Qué se atormenta por las cosas hechas al margen de la salud?
Sinceramente, entre tú y yo.
Preferiría que fuera lo primero.
Por ella.
Es más fácil recuperar hábitos destructivos
que hallar la paz cuando crees que estás en pecado
con lo que se supone que debes al mundo.
Y Serena no es muy de sacrificios.
Está muy buena pero la vida se le hace cuesta arriba.
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