domingo, 21 de enero de 2018

aplicando el consejo...




Cada vez estoy más convencido.

Lo que ves en el espejo
no tiene nada que ver con lo que eres.

Pasa lo mismo con la mirada
de los otros.

Puedes sacar conclusiones sobre como te ven
por cómo te tratan
pero estarás navegando en aguas inestables, amigo.
Ellos te contemplan a través de la graduación de sus gafas.

El tipo al que no quisieron de niño.

La chica que necesita estar a la altura de un adulto.

La pareja que espera la noche para fugarse 
a los sueños de cualquiera que no seas tú...

La madre que no resiste a
nadie más que al niño que fuiste.

El padre que hubiera preferido una hija.
De sobras sabía que un macho
terminaría haciéndole jaque mate.

Supongo que el truco para salir ileso
de la caja de las espadas 
no es saber magia sino matemáticas.

 Hallar la media entre
lo que crees saber de ellos
y lo que no sabes de ti.

Aunque... quizá esté perdiendo el tiempo.

Quizá se trate de algo más simple.

Quizá se trate de reconocerme un perfecto gilipollas
y aplicar el consejo que me dio 
aquella mujer que me animó a ser yo mismo
después de haberme dado algo más que sexo...

«Olvídate, muchacho... 
Nunca sabrás quien eres...
Estás demasiado ocupado
intentando averiguarlo»


sábado, 20 de enero de 2018

no decaigas...



Nadie está de más...
y es una pérdida echar de menos.

No me refiero a lo de nacer solos
y morir igual.

No...
En realidad no creo que nadie nazca solo.

Es otra de tantas falacias
que se inventa la razón 
para consolarse a la hora 
de abandonar el tablero.

Naces ayudado.
Y ayudado deberías morir.

Esperar a la muerte
cuando no puedes acudir a ella
no es sino un acto de sadismo 
sobre el que las autoridades no saben legislar.

Pero la muerte es como casi todo lo demás:
Burocracia y negocio.

Como el amor:
obligado y vírico.

Como respirar:
descuidado y necesario.

Como nacer:
involuntario y superfluo.

No decaigas amigo...

eres el protagonista...

y no hay más guión
que el que seas capaz de soportar.




lunes, 15 de enero de 2018

obsesion



XX
XXX
XXXX
XXX
X
X
XXXXX
XXXXXXX
XXXXXXXX
XXXXXX
XXXX
XX
XXX
XXXXX
XXXXXXX
XXXXX
XXXX
XX
X



(y luego el obseso soy yo)

domingo, 14 de enero de 2018

mi bula particular





Me gusta conducir con mi chica al lado.

Que apoye sus pies descalzos en el salpicadero
y recline su asiento ofreciéndome el cuello
mientras echa una cabezada.

Sé que está prohibido por la ley.

Uno debe ir sentado como tiene que ir sentado.

Es por seguridad.

La mía y la de todos.

Sin embargo yo me reconozco exento
de cumplir esa norma.

Fue el mismo Dios quien me dispensó la bula.

Y si el Creador me ha bendecido
con una imagen así de mi chica...

¿Van a saber más los hombres
acerca de lo que me conviene?




otros... otras...


Una imagen vale más que mil palabras.
Mil palabras tienen miles de interpretaciones.
Miles de interpretaciones generan colapso e incomunicación.
La incomunicación es condición indispensable para pretender el dialogo.
El diálogo lleva a malos entendidos.
Los malos entendidos a preferir el silencio.
El silencio desarrolla la observación.
Y la observación requiere de la imagen.

Así que hagas lo que hagas
estás jodiéndome.

***



Vivo en un barco atracado en un puerto lleno de putas.
Cada noche cuando regreso a casa
escucho a esas mujeres susurrar sobre mí.
Que si debo ser marica.
Que si maltraté a mi última esposa 
y cuando pretendió escapar 
la oculté en la bodega de mi embarcación.
Que no se me empina.
Que posiblemente me mate a pajas
con el porno de internet.

Solo una vez escuché a una decir algo coherente.

«Lo que está claro es que con nosotras no quiere nada»

Todo lo demás... consuelos para su autoestima.

***

Mira que le pidió que no comprara el acuario.
Que los peces en agua estancada 
le recordaban su día a día con él.

Pero él nada. Empeñado en que sus coloridas escamas
darían luz a su salón lo compró.

Fue en ese momento cuando ella entendió
las tumbas de los faraones.





lunes, 1 de enero de 2018

mi padre viene a verme.




Mi padre viene a verme.

Tal y como presentí 
cuando repetí curso,
ahora me toca a mí
perdonarle.

Nadie más que yo puede
atenderle.
Su enfermedad se resume
en haber durado más
de lo que su cabeza
es capaz de soportar.
Y yo sé mucho de
alargar relaciones sin futuro.

Siempre me interesó conocerle.

Nunca se dejó descubrir.

Nos parecemos tanto que el muy 
cabrón se zafó de ponérmelo fácil.

Él me hablaba de aritmética,
economía y derecho
 y yo no entendía ni papa de lo que me decía.

¡Qué astuto!

Solo me hablaba de lo que él conocía.
De lo que manejaba con facilidad.

Cuando descubrí a Springsteen y Leonard Cohen
lo acorralé en el balcón de su casa:

«Yo solo quiero ser feliz como tú»
le dije.
«¿Y quién te ha dicho que yo soy feliz»
me contestó.

...
...
...

Ahora viene a verme.

A diferencia de los años pasados
quien parece no entender nada es él.

Aún así voy a preguntarle
si cuando me respondió aquello bromeaba.

En realidad es una suerte que los médicos
aseguren que mi padre se ha ido antes que su cuerpo
porque...

...porque no soportaría otra respuesta
que no fuera "lo lograrás".





cambio de fase.



Lo estábamos haciendo.

En mi opinión iba bien
para mi media.

Nunca he sido un buen amante
aunque algunas han querido repetir.

Pero como decía mi abuela:

«Hasta la tierra de las macetas
está buena si te falta cerebro».

Entonces ella se puso a hablar.

Por lo visto lo de Corea del Norte le preocupaba.
Pensé que iba de analogías entre pollas y misiles.

Verla llorar me hizo sospechar que no. 

Siguió sollozando y mezclando palabras
tales como nuclear, fin, mierda y planeta.

Aún siendo consciente de que algo fallaba
en el polvo para ella preferí creer que era 
una chica rara. 
Así que paré un momento y le pregunté para asegurarme:

«¿Te pone pensar en eso?»

«No, no...» me respondió... «es que me duele el mundo»

Para mí era comprensible que le doliera.
Tampoco es que me entusiasme
la idea de estar vivo.

«Bueno, sí... te entiendo... pero... 
¿no te está gustando esto que estamos haciendo?»
la tanteé.

«Oh, no... no te preocupes... 
no me gusta nunca... te estoy haciendo un favor...
me dio la impresión por tu mirada en el vagón
que te apetecía follarme...»

Confieso que no me esperaba aquella respuesta.

«¿Eres una especie de ángel o algo así?
¿Haces favores a los hombres?»

«No, para nada... ojalá...»
«ojalá lo de ángel... claro» matizó.

Recapacité.

«Bueno... pero es que a mí... a ver...
si no me deseas no le veo la gracia a todo esto...
en fin... no quiero que pienses que no me gustas...
estás muy buena... pero... no sé... 
me molaría que yo también te gustara...».

La habitación se cubrió de una niebla espesa.
La chica se había esfumado. No había nadie a mi lado.

Escuché una voz en off:

«Has pasado a la siguiente fase.
No volverás a reencarnarte en humano».