jueves, 21 de abril de 2022

Para ti, Carmen...

 



Nos quedaron gulas con la cerveza

y esos boquerones en vinagre

que no llegaron a tiempo

para librar contra tus náuseas.

A cambio me quedé con una de tus hijas,

y todo el amor que le enseñaste

a recibir del hombre que la amara.

Ganamos algunos bingos

aunque despilfarramos en tapas y cañas.

Te veo en la pequeña galería soleada

fumando tus peores cigarros,

los que seguramente ya solo te distraían

de lo que presiento que tú ya esperabas.

Enigmática y con la entrega absoluta

a cualquiera que entrara en tu casa.

La hospitalidad era tu fuerte

además de tus guisos, tus costuras,

tus devotos perros 

y comulgar con lo que no comprendías.

Te echaré de menos como te mereces:

brindando por la vida a tu manera.

Cuidando de los que ni se enteran

de que la mejor velocidad

es la que no presume de acelerones

ni frenazos. 

Gracias por tus clases de conducir.





domingo, 3 de abril de 2022

los malos entendidos...


 

La princesa desesperada esperaba

a que el rey acabara su cerveza.

El príncipe valiente

había ido a cobrar su recompensa.

Si alejaba del reino al dragón que

merodeaba cerca de su “jaula

podía quedársela.


Se le ocurrió atar su pelo 

a la pata de la cama y tratar

de deslizarse desde la ventana.

Su madre la había advertido:

«Una mujer que se corta la melena

no puede tener buena suerte».

En efecto: no había cabello

ni para hacer el primer nudo.


Buscó en Google como salir de aquellas.

Era cierto que el príncipe era guapo

pero ella prefería el “satisfyer

y fantasear con que fuera su madrastra

la que le hincara el diente a sus pezones.


Google la censuró.

«Consulte condiciones con el rey de su reino o

¿quizá quiso decir videos de gatos?».

—obtuvo como respuesta a su reclamación.


Faltaba poco.

Por la escalera se escuchaban

los pasos borrachos de padre y prometido

subiendo a su alcoba.

Cerrando los ojos saltó al vacío

rezando a la diosa naturaleza

para que la recogiera en sus brazos.


La enterraron fuera del cementerio.

Como a todos los suicidas.


El único que llevó flores a su tumba fue el dragón.

Se sentía culpable de la tragedia.

Solo pretendía averiguar 

en qué peluquería la peinaban.