jueves, 21 de abril de 2022

Para ti, Carmen...

 



Nos quedaron gulas con la cerveza

y esos boquerones en vinagre

que no llegaron a tiempo

para librar contra tus náuseas.

A cambio me quedé con una de tus hijas,

y todo el amor que le enseñaste

a recibir del hombre que la amara.

Ganamos algunos bingos

aunque despilfarramos en tapas y cañas.

Te veo en la pequeña galería soleada

fumando tus peores cigarros,

los que seguramente ya solo te distraían

de lo que presiento que tú ya esperabas.

Enigmática y con la entrega absoluta

a cualquiera que entrara en tu casa.

La hospitalidad era tu fuerte

además de tus guisos, tus costuras,

tus devotos perros 

y comulgar con lo que no comprendías.

Te echaré de menos como te mereces:

brindando por la vida a tu manera.

Cuidando de los que ni se enteran

de que la mejor velocidad

es la que no presume de acelerones

ni frenazos. 

Gracias por tus clases de conducir.





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