miércoles, 30 de junio de 2021

me llaman...


                         La tierra prometida existe.

Ella la pisa cada día.

Me envía cartas para recordarme

que mi falta de fe

me impedirá tocarla.

Que me tendré que conformar 

con verla en la cama desde la puerta. 


Supongo que es un precio justo.

Nunca he valorado una promesa.

Me saben igual que el agua.

y del agua no se recuerda el trago.

Será que nada que sea necesario

es capaz de horadar la memoria.


Ella dice no estar preocupada.

A fin de cuentas sabe lo que sufro

con cada golpe de suerte y que

las miradas que no se conforman

son las miradas del infeliz.


Lo saben las religiones.

¿De qué otra manera convencerían?

—me pregunta desde la cama.


Entiendo que solo le gusto por eso.

Porque nunca llego

y es obligado un buen horizonte

si a uno le gusta galopar. 

A ella le gusta mucho.


Vete tú a saber si será esa la razón

de que no se conforme con un solo jinete.  


martes, 29 de junio de 2021

El tigre y las escuelas

                                                        




Se comía a los niños cerca de las ESCUELAS

Lo llamaban "Tigretón" 

Ese era el nombre que más le gustaba

desde que lo desterraron de los cuentos infantiles.

Le habían jodido, sí... y bastante...

Los cuentos sí que lo conocían a fondo.

El lobo, el hombre del saco, la bruja… 

¡esos eran nombres!

hasta que la psicología lo llamó “enfermo”.


¿Enfermo? 

¿De qué?


¿Es que no tenía derecho a comer lo que le diera la gana?


Si los niños tenían derecho a ser niños

¿por qué no iba él a tenerlo para comérselos? 


Pronto comprendió que la suerte estaba de su parte

y silenció sus quejas.


Las víctimas aceptaron la definición.

La definición acorraló a la justicia.

La justicia no supo desobedecer a la política

y la política, cobarde y astuta,

se relamió.


Después…


 después… audiencias de mierda,

víctimas televisadas

y más indignación de paso que recursos

con contrato indefinido.


Si la naturaleza entendiera de derechos

no habría más asesino que la vejez 

—escuché una vez decir a un tigre.




domingo, 13 de junio de 2021

de esas cosas como Marte...

No se llega tarde.

Se llega o no se llega.

Cada segundo abre una puerta.

En cada puerta

acecha un asesino y un ángel.

Quien te reciba depende 

de lo fuerte que silbe tu suerte

y de lo sordo que esté cada cual.


Lo jodido es cuando ni siquiera ibas.

Cuando te vienen a buscar.

Sencillamente cuidabas de tu jardín

y la Administración se fijó en tu hucha.

El tipo de la ITV sabe de lo que hablo.


Aún así cogemos el autobús

y apostamos a la lotería.

Sabemos que el vecino 

está peor que nosotros

y que la TV permite cambiar de canal. 

Todo está bien mientras no nos embarguen

o estemos enamorados.


La evolución

sigue siendo un juego 

entre presas y depredadores.


Lo de Marte y todo eso…

…despensas para futuras oligarquías.