jueves, 13 de julio de 2023

¿Fin?


 

Escribió su testamento en aquella curva.

Recogieron sus restos en el bar.

Se lamentaron de él en otras camas

y nadie averiguó la contraseña de su portátil.


Cavó más de cien túneles.

Se ahogaba rápido en la superficie.

Buscaba la mejor arena en los desiertos

y con cada trago tiraba por el váter otro poema.


La hora de lo que fuera le llegó tarde;

y lo que le esperara a su lado ni estaba.

Confundió el amor con las rebajas del Corte Inglés

y nunca olvidó la magia del concierto de Willy DeVille.


Que estaba por estar —le consoló Cloto.

¡Aguanta, que merece la pena! —le animó Láquesis.

¡Vete tú a saber para qué…! —lo jodió Átropos.

Luego el río escribió un poema a un tal Manrique.


Sigue… pero echa de menos haber estado.

Macbeth y Porcia continúan sudando sus sábanas.

Sobre todo cuando el metro va lleno

o conduce su coche hacia una rotonda. 


¿Fin?


infancia en bicicleta


 

El pino y el sol.

El motocross y la temida cuesta doble. 

Bicicletas, arcilla y accidentes.

Demasiado pronto me advirtió la vida de la muerte.


El Jesús que resucitó a nuestro Lázaro

opositó para interventor y aprobó. 

De los todos que éramos

quedamos el casi nada de otros. 


Perspectiva —lo llaman unos.

Miopía —se lamentan otros.


El pino.

El sol.

La arena sobre la cara de mi amigo.

Los mocos que lo ahogaban

mientras a mí me preocupaba nada. 


Jesús, supo.

Su hermana lloraba.

Yo ni estaba.


¿Te imaginas qué hubiera sido de todo

si a mí se me hubiera ocurrido algo?