jueves, 29 de noviembre de 2018

madres







No tengas miedo.
Mamá te estará esperando
a la salida.
Mamá nunca se retrasa.
Y acierta con las palabras.
¡Qué diferencia 
con el resto de las voces!
Hasta cuando 
las grita suenan a cobijo.
¿Quién sino mamá
sería capaz de esconder
tu arma, mentir a la policía
y acudir a la iglesia cada domingo?
Mamá sabe que Dios 
está de su parte.
Porque mamá cumple 
con su deber de madre.
La policía y los jueces
son inventos de los hombres.
Mamá lo sabe.
Dios inventó a las madres.
Y sus reglas
son las únicas reglas que valen.
 Y mamá lo sabe también.
Sabe que a Él le debe
que tú seas su hijo.
Y aún sabiéndolo no lo culpa
por ello.

¿Cómo hacerlo
si nunca tuvo una madre
que le diera cariño?

martes, 27 de noviembre de 2018

No es fácil disparar a un tonto




No es fácil disparar a un tonto.

Por muy sangrienta que haya sido la guerra.
Por muchos que sean los hermanos  
que haya derribado con su escopeta.
Por muchas madres de tus hijos
que haya violado.
Si le apuntas te mirará a los ojos
y comprenderás que no sabe 
como ha llegado hasta el cañón de tu arma.

Y eso te dejará indefenso.

Porque tú sí sabes de qué va todo esto.
Porque tú sí has comprendido 
que la batalla no está entre los que pelean.
Que ni siquiera hay pelea.
Pero que tiene que parecerlo
para justificar el precio de tu fusil.

Y el tonto te mostrará su sonrisa.
La misma sonrisa que pondría 
cualquiera que llegue a averiguar
el origen del universo.
Una sonrisa franca e ignorante.
Una mueca para los intelectuales
y una pista para los sabios.

Una sonrisa de la que dependerá tu vida.

Porque el tonto no dudará como tú.
Para él no habrá nada más que 
lo que aprendió cuando su padre
lo linchó a patadas por no entender:

Que todos eran enemigos.
Y que el enemigo es el malo.


Suerte, amigo,
a pocos metros de ti
otro tonto está comenzando 
una guerra.










martes, 20 de noviembre de 2018

tierra de gusanos.





Tengo suerte.
La vida me cuida.
Las farolas se encienden
en las calles oscuras
y sus chulos me recomiendan
a sus mejores chicas.
«¡Eh tío! —me dicen —
tienes cara de que nadie te cuida.
¿Qué tal un buen polvo
a cambio solo de dinero?»

Demasiado caro —me digo.
El dinero es lo que más me cuesta conseguir.

Aún así me dejan ir sin problemas.
La mayoría me reconocen 
como el tipo que no sabe meterse en líos
sino que los provoca.

Seguramente hablaron con mi madre
después de mi primer examen de religión.

No era mucho de creer en Dios.

¿Cómo serlo si él mismo me ayudó 
a ser el único espermatozoide que 
no se rindió en aquel polvo?

Tierra de gusanos.

Todos terminaremos
siendo mariposas 
en las pinzas de alguna mantis.