miércoles, 16 de marzo de 2016

Declaración de intenciones

J

Quiero que guardes en un rincón de tu corazón
lo que eres ahora.
Que escribas en un papel y lo
archives en un sobre grueso
todo lo que sientes por mí en este preciso instante
y las razones que te han llevado 
a mirarme como lo estás haciendo.

No busques un buzón.
Guardalo en tu maleta preferida
y por favor no lo abras mientras 
siga haciéndote feliz y desees con todas tus fuerzas
estar a mi lado.

Si llega el día en que no me reconoces
pregúntame si te sigo amando como hoy.
Si la respuesta es sí te pido que no dudes 
y hagas lo que voy a pedirte.

Recoge tu mejor vestido del armario,
tu neceser con tu mejor perfume,
y mételo todo en tu maleta preferida.
No olvides llevarte algo de dinero para el taxi
y búscate el mejor hotel de la ciudad.
Esa noche será tuya… haz lo que necesites hacer.
Pero cuando regreses a tu habitación abre la carta. 
Solo te pido que leas lo que escribiste cuando estabas convencida
 de saber la clase de tipo que era.

Lo que hagas después… será cosa tuya.


domingo, 13 de marzo de 2016

Más microhistorias



Eran novios. Se querían y se respetaban.
La sinceridad es la herramienta para una relación estable.
Con esa frase presumían ante sus amigos de su felicidad.
Un día él le dijo mientras saboreaba una cerveza en el sofá:
—Fantaseas demasiado. Por mucho que lo intentes no 
conseguirás meterte en esos pantalones.

Y ella lo bloqueó en su Facebook.

***

¡Eh toro! —dijo el torero.
Eh toro ¿Qué? —respondió el animal.
Y el torero todavía lo está pensando.

***

Su hijo llegó lleno de moretones del colegio.
Adoraba a su padre y a su madre.
Su padre lo llevó a escondidas al cuarto y le enseñó a
dar certeros puñetazos en el vientre del contrario.
Su madre esperó a que se acostara
y asegurándose de que el padre no la escuchaba
le habló de la importancia del diálogo y la no violencia 
para resolver los conflictos.

Cuando el chico cumplió veinte años le metió una paliza 
brutal a su jefe por no estar de acuerdo con su despido
y argumentó de manera ejemplar las razones ante el juez.

***

Es tarde… acuéstate —le ordenó una voz en su cabeza.
Tras otro trago de ron siguió tambaleándose por la discoteca
en busca de una mujer que gritara más fuerte que su conciencia.

***