domingo, 8 de marzo de 2015

Mi ignorancia en el pasado


Te quiero más.
Pensé que no podría hacerlo.
Pero ha llegado el momento de reconocer
mi ignorancia en el pasado.

Tu piel me sabe mejor.
Tus piernas me parecen más largas.
Tu sonrisa vale más.
Creí que no podía hacerte más bella.
Pero ha llegado el momento de reconocer
mi ignorancia en el pasado.

Los hombres y las mujeres temen al tiempo
cuando se enamoran.
Los libros no paran de advertirnos 
de que, haya o no final, la pendiente es de bajada.
Fui un pesimista creyéndolo, 
Y ha llegado el momento de reconocer
mi ignorancia en el pasado.



Fotografía: Javier Casino
Cada vez que me regalas tu desnudo,
doy gracias a Dios por haberte enviado la lluvia
que te condujo a mi refugio.

Y de tu habilidad para regalarme pastillas de vida,
no puedo hablar sin caer en la utopía desmentida.

De verdad que supuse que te cansarías
de ser una dama eterna.
Que terminarías por convertirte en la piedra de mi camino
apenas dejara de interesarte.
Pero ha llegado el momento de reconocer
mi ignorancia en el pasado.

No puedo entender por qué el universo
se empeña en regalarme lo mejor.

Creí que había sido condenado a ser otro peatón más
 en las calles de la costumbre.
Que mi apellido no estaba llamado 
a ser bendecido por la llamada de una mujer única.

Y claro me queda.
He de reconocer que ha llegado el momento de reconocer
mi ignorancia del pasado.

Te amo en el error y en el acierto.
Y eso solo puede significar dos cosas.
Que eres todo lo que mi parte desconocida
da por bueno.
Y que tengo que reconocer


mi ignorancia del pasado.