El pino y el sol.
El motocross y la temida cuesta doble.
Bicicletas, arcilla y accidentes.
Demasiado pronto me advirtió la vida de la muerte.
El Jesús que resucitó a nuestro Lázaro
opositó para interventor y aprobó.
De los todos que éramos
quedamos el casi nada de otros.
Perspectiva —lo llaman unos.
Miopía —se lamentan otros.
El pino.
El sol.
La arena sobre la cara de mi amigo.
Los mocos que lo ahogaban
mientras a mí me preocupaba nada.
Jesús, supo.
Su hermana lloraba.
Yo ni estaba.
¿Te imaginas qué hubiera sido de todo
si a mí se me hubiera ocurrido algo?
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