martes, 29 de junio de 2021

El tigre y las escuelas

                                                        




Se comía a los niños cerca de las ESCUELAS

Lo llamaban "Tigretón" 

Ese era el nombre que más le gustaba

desde que lo desterraron de los cuentos infantiles.

Le habían jodido, sí... y bastante...

Los cuentos sí que lo conocían a fondo.

El lobo, el hombre del saco, la bruja… 

¡esos eran nombres!

hasta que la psicología lo llamó “enfermo”.


¿Enfermo? 

¿De qué?


¿Es que no tenía derecho a comer lo que le diera la gana?


Si los niños tenían derecho a ser niños

¿por qué no iba él a tenerlo para comérselos? 


Pronto comprendió que la suerte estaba de su parte

y silenció sus quejas.


Las víctimas aceptaron la definición.

La definición acorraló a la justicia.

La justicia no supo desobedecer a la política

y la política, cobarde y astuta,

se relamió.


Después…


 después… audiencias de mierda,

víctimas televisadas

y más indignación de paso que recursos

con contrato indefinido.


Si la naturaleza entendiera de derechos

no habría más asesino que la vejez 

—escuché una vez decir a un tigre.




No hay comentarios:

Publicar un comentario