lunes, 1 de enero de 2018

mi padre viene a verme.




Mi padre viene a verme.

Tal y como presentí 
cuando repetí curso,
ahora me toca a mí
perdonarle.

Nadie más que yo puede
atenderle.
Su enfermedad se resume
en haber durado más
de lo que su cabeza
es capaz de soportar.
Y yo sé mucho de
alargar relaciones sin futuro.

Siempre me interesó conocerle.

Nunca se dejó descubrir.

Nos parecemos tanto que el muy 
cabrón se zafó de ponérmelo fácil.

Él me hablaba de aritmética,
economía y derecho
 y yo no entendía ni papa de lo que me decía.

¡Qué astuto!

Solo me hablaba de lo que él conocía.
De lo que manejaba con facilidad.

Cuando descubrí a Springsteen y Leonard Cohen
lo acorralé en el balcón de su casa:

«Yo solo quiero ser feliz como tú»
le dije.
«¿Y quién te ha dicho que yo soy feliz»
me contestó.

...
...
...

Ahora viene a verme.

A diferencia de los años pasados
quien parece no entender nada es él.

Aún así voy a preguntarle
si cuando me respondió aquello bromeaba.

En realidad es una suerte que los médicos
aseguren que mi padre se ha ido antes que su cuerpo
porque...

...porque no soportaría otra respuesta
que no fuera "lo lograrás".





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