lunes, 11 de enero de 2021

Vive y se feliz.




                                                                                    El mensaje en las redes sociales es claro:

«Vive y sé feliz»


Se dirige contra mí como si me conociera 

y supiera más que yo y de la educación que he recibido.


Me imagino a ese alguien “sabio”

visitando campos de concentración

y redimiendo de su dolor a los presos:

«Si no valoras estar vivo

no te gustará la cámara de gas».


Viviendo de la tierra cuando la cosecha

se pudre por las lluvias o se seca por el sol:

«Prueba a hacer yoga o no disfrutarás del hambre»


A mí me jode casi todo lo que llaman insignificante:

Que se acabe el butano en la ducha.

Que se me rayen las gafas nuevas.

No encontrar aparcamiento cerca de casa

cuando llevo diez cajas de cerveza en el maletero del coche.

Y que el coche me deje tirado cuando no llega autobús alguno hasta mi trabajo

pero no se olvidan de cobrarme impuestos municipales.


Definitivamente creo que la vida salpica.

A veces de aceite, a veces de agua fría…

… y solo descansas cuando el escozor o el frío ceden

o nadie cocina o salta a la piscina. 


Supongo que por eso aquella puta me abofeteó 

cuando su bebé se puso a llorar por el grito de mi orgasmo 

y traté de calmarla hablándola de ser feliz.


«La vida es lo que atraes, lo he leído en las redes sociales,

si no te gusta lo que haces solo debes decidir estar en otro sitio» —le dije.

«La última vez que no me gustó estar donde estaba

terminé ejerciendo la prostitución» —me contestó

mientras mecía en sus brazos a su recién nacido.


No me cobró por temor a que la denunciara por la bofetada.

(por algo la justicia lleva los ojos vendados).


El mensaje de moda de la ”newnosense” (para mí) chirría.


Si se tratara de vivir y ser feliz

la naturaleza se hubiera preocupado de darme

una polla más larga o un esqueleto más flexible. 


El verdadero dolor no se deja escribir.

Nadie que tenga hambre compra un libro

 antes que una barra de pan.


Primero el maná cayó del cielo y luego Gutenberg tuvo una idea.





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