viernes, 14 de diciembre de 2012

mi coche familiar y la que prefería el descapotable.






Íbamos con mi coche por la autovía.

Mi coche es un Volkswagen familiar.
 De esos con un gran maletero
 y forma de caja de zapatos. 
Tiene muchos compartimentos que,
 supongo, diseñó el fabricante
 para poder disfrutar más de la compañía
 de la Guardia Civil
 cuando con cara de susto
 buscas desesperado los papeles
 que tanto les gusta leer. 
Por tener tiene hasta dvd
 para que los niños que viajan detrás
 puedan ver películas en vez
 del aburrido paisaje de las carreteras.

No tengo hijos.
 Y si los tuviera tampoco les pondría películas en los viajes. Tengo un coche familiar
 a pesar de no tener familia.
 No sé a que obedece eso. 
Todo lo que tengo está pensado 
para crearla pero
 nunca llega el momento. 
Supongo que las mujeres que he conocido
 ven pocas garantías de que sea
 un buen padre de familia 
cuando están conmigo en la cama.

Ella viajaba al lado
 tan bella como siempre. 
Entremezclada con esa lejanía 
a la que ya me había tenido que acostumbrar
 para superar los días a su lado. 
La ventanilla bajada, como siempre,
 elegantemente despeinada, como siempre….
Mantenía la elegancia en su peinado
 hasta después de follar.
Como decía ella “nosotros no hacemos el amor,
 amigo, follamos… no sabes hacerlo de otra manera”
 y al principio esa observación era divertida… 
luego, tengo la impresión, de que era
 la razón de que las mujeres
 no me vean capaz de formar una familia.

De pronto pasó un BMW blanco descapotable.
 En él viajaban dos tíos enfundados en gafas de sol,
varios kilogramos de gomina, 
y ropa brillante como el blanco del BMW.

-esos tíos sí que se lo montan bien –dijo ella.

- no lo sabes, reina– le contesté… – 
tal vez estén más podridos de tristeza 
que muchos que viajan en coches 
más sucios y menos rápidos.

-seguro, sí… ya me gustaría a mí estar
 al lado de uno de esos hombres tristes y su BMW 
–dijo con sarcasmo.

-cielo, esos hombres no estarían
 tan pendientes de ti como lo estoy yo.
 Esos tíos quieren tanto a sus mujeres
 como al coche.

-¿cómo lo sabes?
 ¿es que alguna vez has sido uno de ellos?

 Me replicó burlandose.

No me hace falta, pensé para mis adentros.
 Sé de sobra que para conseguir uno de esos carros
 es imprescindible no depender emocionalmente
 de una mujer como tú
.

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