viernes, 15 de julio de 2022

Cumpleaños...


 

Se murió y ella lo entendió mal.

Claro que la amaba.

Quería irse porque no se soportaba.

Lo había dejado caer 

durante alguna cena con ensalada.

La vida le sabía a tragedia

sin el aderezo de la muerte.

No leía las necrológicas

porque se sentía desafortunado.

Había vivido 

y por mucho que se empeñaran

los chicles sin azúcar

la vida provocaba caries o diarrea. 

Nadie le regaló por su 52 cumpleaños una soga

aunque sí una maceta con un joven nogal.

Luego el más viejo de sus vecinos

le obsequió con sabiduría de escalera:

«Buscar el sentido a todo esto es más

perjudicial que el tabaco y el alcohol».


Putada que los psicólogos

fueran más caros. 

Un mes de terapia equivalía a 

500 cervezas y 150 cigarros

y el resultado no era inmediato

 ni definitivo.


Tuvo guasa su deceso.

Resbaló en la bañera

mientras escuchaba 

It’s my life” de Bon Jovi.

Su pareja escogió la novena

de Beethoven para el funeral

(hay quien dice que por venganza).

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