Cada Cruz tiene su cirineo.
Cada centurión sus razones.
Las bodegas sirven agua bendita
siempre y cuando
el bautizado sea un borracho.
La visión no depende de un cristal.
La mirada nace de la ceguera del alma.
Y el alma solo pesa 21 gramos (dicen).
La vacuna contra la desgracia está próxima.
Primero hay que probarla con los otros.
Y si funciona dividiremos a la sociedad en sanos y enfermos.
Aún así los sanos se vacunarán.
Porque la vida es así.
Por si acaso.
Sucede de repente y se practica por si las moscas.
Los enfermos juegan con ventaja.
Solo pueden mejorar.
Los sanos ganan sin jugar.
"Carpe Diem" gritaron Adán y Eva
mientras follaban sin condón.
Luego se ofuscaron en comprender
la razón de Dios para escogerlos
de entre todos los vivos
para anunciar el mejor pienso fúngico.
Por eso lo odiaron.
Solo Él se atrevería a poner tan lejos
una farmacia de guardia.
El libre albedrío Lo delata.
Nadie que permita elegir mal
puede ser un buen "lo que sea".
No hay que ser pesimista.
Lo mejor está por llegar
de la mano del que menos interés
tiene en que esto funcione.
La inteligencia zozobra
y la vida de Cristo es
tan buen material documental
como la II Guerra Mundial.
De todas formas ya no me lees.
No tiene sentido que te cuente todo esto.
Ni tú ni yo estamos vivos.
Ahí tienes la razón de que cada vez
se repitan más los mismos argumentos.
No hay nadie vigilando el proyector.
Cree, opina y condena.
A ver cuanto tarda occidente
en redibujar a los tres monos japoneses.
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