domingo, 12 de agosto de 2018

Cleopatra y el verso libre ¿y aún preguntas la relación?





Nos envolvimos en preguntas
y pieles áridas buscando agua.

Entonces Cleopatra me preguntó...¡a mí!:
 ¡al esclavo!:

¿ES POESÍA AUNQUE NO RIME?

«Existe el verso libre» —quise responder...

Pero el látigo del guardián
me advertía que nunca es buena idea
hablar de libertad en la mesa de una reina.

Nadie te invita a cenar por nada.
Siempre se espera algo de ti.
Algo que ni siquiera 
eres capaz de imaginarte ofreciendo.

«Deseo, rima con codicia
y beso, con humedad.
Follar, con estar dentro de otro
y amar, con partirse por la mitad.
Esperar algo de alguien
rima con ser imbécil
e inteligencia con resolver.
Resolver con el fin de la intriga
y sin intriga... importa poco ver o no ver.
Más allá de nada: todo
más allá de todo: tú.
 Y digan lo que digan..,
los que se jactan de ser leídos,
en el termino medio
no habita ninguna virtud».

Eso dije. Sí... eso dije...
ante el asombro de los mezquinos

(perdón, quise decir, vecinos)

A partir de ahí el cielo se apoderó de mis caderas
y mi alma se pronunció en contra de la religión.
A mis labios acudieron rezos profanos
y Cleopatra ordenó,
con apenas una mirada,
 construir y plantar mi cruz.

(En verso libre)
A partir de ahí el cielo se apoderó de mis caderas
y la dama me folló como nunca lo habían hecho.

¡Qué más acerté a decir sino una colección de palabras cobardes!

«¡Mi reina!.., diga lo que diga, haga lo que haga
no hay más sentencia que mi propia entrega.
Mi necesidad y mi hambre».

¿Acaso un hombre puede negar lo que ama?
¿Acaso lo que se ama no es dueño del amado?
¿No es cierto que nada vales
si jamás nadie te ha tenido en cuenta?

(en rima para los que no estuvieron allí
o no entienden más poesía que la de 
métrica regulada y malsonancias 
[educando a rita]  y consonancias...
Sustituir "tenido en cuenta" por:
 " HA VALORADO")

«¡Eso no rima!»
exclamó Cleopatra...
compungiendo a todos los presentes.

«¡Ahora entiendo el verso libre!» —añadió
complaciendo y descubriendo en las risas
de sus súbditos todos sus cariados dientes.

***

Y salvo la mujer y el hombre sordos
que de entre todos los presentes
hicieron alarde de lo que es no enterarse ni del nodo...

LOS DEMÁS SÚBDITOS ARRANCARON A APLAUDIR.




























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