viernes, 8 de junio de 2018

entre tú o yo... y la evolución





Entre tú o yo,
tú.
Entre ni tú ni yo,
me escojo.

Entre Eva y la manzana,
Eva.
Entre ni Eva ni la manzana,
la serpiente.

No he nacido para purgar
los pecados 
que acumules de otros hombres.
He nacido porque no me quedó más remedio.
Y sería idiota 
elegir redimirme de algo que no puede pertenecerme
ni hipotecándome cien vidas.

Los barrancos acumulan 
corderos muertos
y los buitres vuelan en círculos
sobre sus carnes descompuestas
mientras mi Señor se lava las manos
en la pila del libre albedrío.

Así que no me jodas
confiando en que mi decisión será la correcta.
Cada cerveza me muestra un camino diferente
y todos parecen tan acertados
como negarle un trozo de pan 
a quien se obstina en no sembrar trigo
por creer en la virginidad de la tierra.

Ni sé ni aprendo.
Cada vez más ignorante.
Cada vez más terco.
Darwin molaba en la escuela
porque el mono se había quedado atrás.
Pero el mono ha aprendido a correr
y nos ha alcanzado.

Ahora cuesta diferenciar a los simios.
Se mueven entre nosotros
trajeados y perfumados.
Solo si observas bien
los descubrirás y te darás cuenta de que
 están mejor que tú y que yo.

¿Sabes por qué?

Ellos no escogieron entre paraíso o tentación.

Se limitaron a ser leales a su naturaleza:

«Si quieres ser te ayudo a serlo.
Si no, no tiene sentido vivir en comunidad»

No tienen más lema.

Entre tú o yo,
tú.
Entre ni tú ni yo,
me escojo.




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