El pájaro sabio del amor ha revoloteado en el árbol
bajo el que nos estábamos cobijando.
Menudo calor hace en esta cama ¿verdad princesa?
¡Que mierda que mi oído de músico
escuche como van cayendo las escamas
de tu disfraz de sirena!
¡Que mierda ver como el hechizo se desvanece
y va dejando desnudo al amor verdadero!
Se me olvidó preguntarte cuando te conocí
si estabas preparada para esto.
Tampoco me lo preguntaste tú.
Es lo que tiene el enamoramiento diría un biólogo:
Te embauca para reproducir tus genes.
¿Qué pintamos entonces los poetas, princesa?
¿Qué falta hacemos si la naturaleza tiene claro
los principios y los finales?
No creas que no conozco tu cajón secreto.
Y sé de sobras que evitas mirarme a los ojos
cuando pasa a nuestro lado alguna desconocida.
Los dos aprendimos bien las lecciones
de nuestros abuelos.
A fin de cuentas ellos eran tan sabios como el pájaro del amor.
Sufrieron una guerra civil.
¿Qué hay más parecido a la convivencia?
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