Cárcel,
besos,
esperanzas,
traumas.
Vírgenes,
verdugos,
cancer,
diazepan.
Se van como vienen
y cuando no llegan
pesan como si llevaran
mucho tiempo
pisando el corazón.
Ni el tuyo
ni el mío.
Los de los que nos
criaron y no podemos
corregir.
Tiene gracia la cosa.
No somos ni siquiera la mitad
de otras mitades.
Nos resignamos a ser la parte que no comprendimos de otros
mientras la siguiente generación aprende gateando
a llegar a donde no queremos estar.
a llegar a donde no queremos estar.
¡Que suerte que la sonrisa siga
conquistando al resentimiento!
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