lunes, 4 de marzo de 2019

la matemática del trigo




El sueño lo traen tus muertos.
La lucidez el último amigo con el que cenaste.
Los mejores guerreros
decapitaron a los cónyuges de tus vecinos
y millones de ciudadanos
se quejaron de su dolor de muelas
por Facebook.

El planeta gira a la velocidad 
 del más inútil de tu clase y de su cansancio.
Nuestras vidas trascurren
al ritmo de un río mesetario.
Es surrealista masticar callos a la madrileña
en un Chamberí lleno de ricos.

Aún así la burguesía ha elegid-0-:

SIEMPRE GANAN LOS MEJORES
y no hay mejor que quien gana.

A la mierda los hijos de la Pasionaria.

Ceguera, picores...
razones no demostradas
para que ardan cien bosques
y mil palabras estériles
se conformen con un uniforme desgastado.

La prosperidad tiene nombre de caballo cojo
y la podredumbre del arte
se apodera de las galerías con dinero para salir en las revistas.
Todo vale si tiene comprador.
Poco importa si en los colegios
se obvian los cerebros a cambio de religiones o lenguas.

Por eso recé ante la cuna de tu hijo.
Para advertirle de la doble cara de la madera.
Cruz para Mesías y tumba para los neonatos de 90 años.
Todas las banderas rechinan los dientes
si las muerdes a cambio de la salud de tus uñas.

Ni lo sé ni creo que me importe.
O todo está acordado o el azar manda.
Yo, tú, nosotros, vosotros
la tercera persona lo jode todo.

Ojalá la primera lección hubiera sido la matemática del trigo.

Nadie más que tú
sabría que el hambre del mundo
nunca consumirá más superficie
que la que seas capaz de sembrar con tus manos.

... luego llegaron los vagos.
E inventaron la economía.







No hay comentarios:

Publicar un comentario