sábado, 23 de febrero de 2019

No es culpa tuya.





La sed de un niño es sagrada.
La palabra de un político porta cretinismo.
A cada cuarto de hora
se acaban vidas yermas
y florecen haciendas sin herederos.
Ni se va ni se viene: SE PASA.

Y puedes pasarlo bien.

Llegaste por la promesa de un amor eterno
pero te irás dudando de si fuiste un mal amante.
El acto de contrición parece la única salida digna.
Cualquier otro rezo no es sino una pose para que tu madre
no se vaya a la tumba 
creyendo haber parido un trozo de madera.

No es culpa tuya.
Aunque puede que también.
De cada diez te llevas dos.
Al resto le queda menos. 
Amén, pleno al quince, 
y si prestas atención puedes hasta pasarlo bien.     

El mundo se llena de escamas
y pronto colgarán un cencerro
en los cuellos de los que no tuvieron buena suerte.
Cada fin de año la bella y la bestia
siguen contando las campanadas
mientras el público demanda igualdad de sexos.

Y puedes pasarlo bien. 

Colocaron la zanahoria a la distancia justa de tu asno.
Crees que vivir es mejor que morir
aun cuando la poesía que lees huele a muerte.
No hay poeta sin drama
y no hay drama que no se someta a su censura.
En el fondo vales lo mismo que Dios.

La revolución de tu tatarabuelo solo significó
el triunfo de otro grandísimo hijo de puta.
Mejor para unos y peor para otros.
Peor para los que estaban y mejor para los que venían.
Ahora el reloj de arena ha de seguir midiendo el tiempo.
Es momento de darle la vuelta. 

No es culpa tuya. 
Aunque puede que también.
De cada diez te llevas dos.
Al resto le queda menos. 
Amén, pleno al quince, 
y si prestas atención puedes hasta pasarlo bien.   

Los padres leen cuentos a sus hijos en la cuna
y su futuro queda en manos de brujas que no comen niños.
¿Para qué? 
La televisión proporciona cerebros más tiernos.
El tonto aprende más rápido la falacia
que el listo digiere otra posible verdad.

Los gatos negros se coleccionan 
en las casas de los solteros más humillados.
Nadie que no sea madre limpia la mierda de nadie. .
A ti te falta hambre y campo
para entender que nada es más tuyo 
que la renuncia a lo que te enseñaron que eras.

No es culpa tuya.

A veces las cosas no salen como esperábamos.

¿Acaso crees que tus padres 
no prefirieron alguna vez
a la pareja del vecino?















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