Niña de ojos de ángel,
no llores por el hedor del cieno.
El mundo gira en torno
a las primeras caricias.
Por eso arden los barcos en alta mar
y se congelan los infiernos
a la hora de las más sabrosas tentaciones.
Todo tiene el valor de nada
y nada viene siendo
lo que parece haber estado desde siempre.
Nuestros padres se dieron cuenta
aunque nunca lo confesaron a mamá.
Hubiera estado feo abrir los ojos
a quien ha parido tu próxima oportunidad.
Por eso no vale la pena llorar,
Niña de ojos de ángel.
Porque aunque algo huela a podrido
Hamlet vengará al auténtico heredero.
De esta forma la justicia será tan divina
como lo que sea que creó tu mirada.
¿Acaso creías que la cigüeña
rendía culto a alguna religión?
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