lunes, 21 de enero de 2019

El hombre fuerte habló a la Tierra.




El hombre fuerte habló a la Tierra.
«Me eres útil. Sírveme y cuidaré de ti»




Luego llegó la débil bestia trajeada
y habló con el biznieto del hombre fuerte.
«Me eres útil. Sírveme y cuidaré de ti»

Pasaron años en los que la lluvia fue lluvia
la nieve nieve y el viento viento.
Años durante los que el hombre débil se mojaba,
 tiritaba y caminaba con esfuerzo.
«Ayúdame a dominar la Tierra 
y a cambio te prometo hacerte amigo del 
director del banco».

Al biznieto del hombre fuerte le pareció bien.

Por su lealtad recibió paraguas, abrigos y paredes.

Y tuvo hijos.
Y tuvo hijas.
Y por cada una de sus crías
cien árboles se talaban 
y mil tuneladoras perforaban las entrañas de la Tierra.

Aún así el director del banco no parecía feliz.
Los descendientes del hombre fuerte se sentían mal por ello.
«Si el señor que cuida de nosotros esta preocupado 
es que algo no va bien»

Los padres de los padres de sus padres
les habían contado que solo gracias a los hombres de traje 
sus crías seguirían disfrutando de la Tierra.

¿Qué otra cosa podrían creer?






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