lunes, 1 de abril de 2013

sueño








Sueño con que ella esté sentada en el salón
semidesnuda, sonriendo, 
viendo su programa preferido.

Sueño con verla así mientras yo tecleo
mis absurdas imágenes en este ordenador
lleno de manchas de grasa.

Sueño con que de vez en cuando aparte la mirada
del televisor para obsequiarme con una de sus
codiciadas sonrisas.
Sonrisa por la que hombres y mujeres han enloquecido.
Más escasa que el oro, los diamantes y la
razón.

Sueño con ver su ombligo entre los pliegues 
de su camiseta de tirantes 
y poder admirar la delicadeza con la que se rasca
la parte interna de su muslo. 

Sueño con poder hacerlo
mientras contemplo su mirada infinita
más allá de cualquier cosa que un hombre o una mujer
podamos poseer.

Sueño con que los veranos no me la roben jamás.
Que ese sol, que ahora se cuela por las rendijas de la persiana,
siga jugando para el resto de nuestras vidas
con mi deseo y su piel,
con su complicidad y mi enajenación.

Sueño con que la paz que pocas veces sabe regalarse
encuentre un lugar confortable en su corazón
y se quede a vivir para siempre con ella…

Y que cuando termine de escribir estas palabras;
pueda entrelazar sus piernas con las mías
y acariciar sus pies con las plantas de los míos.

Pero de momento… solo puedo soñar…

De momento ella sigue poniendo condiciones
para que un hombre y una mujer
puedan ser felices juntos.


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