No sé si alguna puta atenderá a la caridad.
Si hará un buen trabajo a cambio
de proporcionarle solo un orgasmo.
El otro día escuché a una niña de nueve años
en una serie de televisión
decir que el amor da risa.
Y me reí, pero no del amor, sino de mí.
He leído el libro "El Secreto" más de dos veces.
Y he deseado con todas mis fuerzas vivir en un
perpetuo estado de embriaguez
sin tener que pagar por un vaso de vino.
Pero no llega, algo no hago bien.
Demasiadas cosas pasan por mi cabeza
para el poco tiempo que dedico a pensar.
lo que le proporcione más daño.
Yo me volví un tipo blando, un hombre de bien.
Y el buen trato no sirvió para retenerla y
hacerla una mujer de esas que aparentan
no dar problemas en la vida.
Quizá sea que busco conflictos disfrazando mis actos
de obras benéficas.
O tal vez sea hora de volver al
redil que tanto aburrimiento me causó.
Aceptar que si las cosas son como son…
No hay gato que tenga tres pies.
Qui
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