Mi colega y yo estábamos mirando un documental de la tele. En él, una mantis religiosa estaba apareándose con el macho. Mi compañero había sido despedido hacía dos días de una empresa a la que había dado los mejores 20 años de su vida. Había colaborado a levantarla y hacerla próspera. Su apuesta le había hecho perder a su familia: mujer e hijos. Tampoco había podido acudir al hospital el día en que su padre falleció y había dejado que su madre sufriera su falta en la más absoluta soledad. No lo decía... pero sus hijos, a los que ni siquiera acompañó el día que nacieron, no querían saber nada de él. "Ya encontraré el momento" eran sus palabras cada vez que alguien: amigos, familiares... le solicitaban algo personal.
Sus jefes se habían inventado no sé qué para echarlo sin indemnización alguna y ahora no tenía más que sus 50 años y la cartilla del paro.
En la tele, tras acabar el polvo... el insecto comenzó a devorar al macho sin que este hiciera nada por defenderse. Mi amigo apuró el botellín de cerveza y dijo:
"Hay que ser tonto para dejarse hacer eso"
Y yo no supe de qué demonios hablaba.
Fotografía extraída de arnaldomirabal
No hay comentarios:
Publicar un comentario