Eres un cero a la izquierda en este mundo.
Todas las desgracias se multiplican a tu lado y todas las
alegrías se dividen.
A cada dos pasos que doy yo por salir adelante tu restas
tres,
y solo sumas tropiezos y excusas.
Esta relación crece exponencialmente hacia el desastre
y las probabilidades de que lo solucionemos son una entre un
millón.
No lo dudes, nuestro amor es inversamente proporcional
a las posibilidades de ser felices…
***
Se llamaba Sara y tenía un doctorado en matemáticas.
Yo apenas conseguí ir a dos clases de esa materia en el
bachillerato.
Y aunque los dos follábamos bastante bien,
al terminar los polvos, le costaba
encontrar razones
por las que quedarse a mi lado:
Las matemáticas no mienten. Y no haces nada por resolver la ecuación.
– me sentenciaba cada vez que pasaba más de lo mismo.
Y yo me decía para mis adentros:
pues tan lista que eres despeja tú la incógnita.
Y yo me decía para mis adentros:
pues tan lista que eres despeja tú la incógnita.
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