lunes, 9 de octubre de 2023

Entre porqueres y comoses...





Entre saber el porqué y saber el cómo

siempre me decanté por las mujeres

   que tienden sus bragas con gracia.


Nunca madrugué tanto

como para que un desconocido 

me regalara cromos a la puerta del colegio.

Aún así no perdí la esperanza

de que la peor película de terror 

me revelara las intenciones

del conserje de la escuela. 


Luego me enamoré de mi maestra.


Mi madre me cantó en la cuna

la nana del recién nacido,

y la cigüeña que robaba panes.

Poco después, 

entre sermones sobre lo que sí y lo que no,

me sujetó la cabeza en mi primer vómito 

para terminar acusándome de confundir

el alcohol con el abandono.


Después las creencias dieron paso a las ambiciones

y las ambiciones celebraron con campanadas

las promesas de un nuevo año a incumplir. 


Si he tenido algo claro en tu cama

—le dije al ver su cara de decepción —,

es que me parezco tanto a lo que esperabas de mí

como una rana a una serpiente.


Ni una ni otra se fijarían en una manzana

aunque se murieran de hambre.



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