Dibujo: Paloma Sorribes.
Hay un pájaro gris en mi cerebro.
No vuela hasta que pone huevos.
Se empeña en que soy su jaula
cuando solo tiene que agitar las alas
y perderse a tomar viento fresco.
«Sin huevos no hay tortilla»
—me pía mientras caga mi cerebelo.
No tengo claro que pretende.
Ya son muchas las medias docenas
que caen conmigo por las escaleras
y demasiadas las razones
que tengo para comprarme un gato.
Aún así no sacudo mi cabeza
para no destruir su nido.
Confío en que las crías no sean como él.
Espero que de entre todas ellas
nazca una de colores.
Cualquier historia parece mejor
si no se proyecta en blanco y negro.
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