sábado, 20 de abril de 2019

Mi cuaresma y Carlos.






Al Paracas: Eterno, auténtico y amigo.




Lo crucificaron los mismos que te crucificarán.
No se trataba de pueblos ni religiones.
Fueron este, aquellos y el que se escapaba.
El que se escapaba sobrevivió.
Y ahora te conoce y predica 
algo parecido a que "sin ti no es nada.

Pero no multiplica panes para que coma tu familia
 sino que se come la mitad del que tú amasaste.

Yo agradezco al hombre las fábricas de cerveza
y a Dios que creara a una Eva desobediente.
Lo de exterminar a su hijo a cambio de mi perdón
me parece innecesario...

No tengo perdón... no puedo tenerlo... soy un mamífero.
Aunque cuento con él sobre todo en Pascua.
(No puede dejar de haber algún sacerdote que crea en su Jefe
y que me indulte sin humillarme).

Desconozco si Jesús murió o resucitó por estas fechas.
Ignoro por completo la magia de la Física.
Se empeñaron en desvelármela en el instituto
y yo en utilizarla a la hora de no cargar peso:

«Lo que se puede arrastrar mejor lo levantas»
Al menos eso fue lo que yo entendí.

Por supuesto suspendí en gimnasia, ética y aptitud.

Aún así seguí creyendo en Juan Tamariz y la Semana Santa.

¿Cómo sino mi amigo Carlos iba a encontrar la carta
que yo escogí entre toda la baraja 
mientras las cervezas se multiplicaban en la mesa?
















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