lunes, 11 de enero de 2016

Te equivocaste.

Todos los que caminan por la avenida esta noche
son tan desconocidos como lo fuiste tú hace tiempo.
Parecen seguros, saben hacia donde se dirigen.
Cualquiera diría que no les importa lo que hay alrededor.
Paran cuando tienen que parar
y arrancan sin titubeos cuando el obstáculo desaparece.
Yo voy más despacio.
Convencido de que ningún lugar 
valdrá la pena si no estás esperándome.
Pero tú no esperas.
Sabes más que yo.
Has aprendido a mantener la mirada a los hombres
y así resulta difícil averiguar quién eres en realidad.
«Misteriosa» me dijiste la primera vez 
que me atreví a tocarte.
«Una mujer debe ser misteriosa
para que su hombre no se pierda en el camino que ella 
le ha invitado a recorrer»


Te equivocaste. Yo estoy jodidamente desorientado.

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