miércoles, 13 de enero de 2016

Colisión en el lago.

Sus barcas chocaron en el lago de los enamorados.
Ella dejó caer los remos asustada por la colisión.
Él sonrió.
En su embarcación se había abierto
un agujero por el que entraba indiscreta el agua
con la clara intención de llevárselo al fondo.

—Supongo que es el destino —dijo él arrogante —
Yo tengo dos remos y tú una barca.

Después de unos minutos él se ahogaba 
en la profundidad mientras ella esperaba paciente a que alguien viniera a rescatarla.


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