viernes, 24 de septiembre de 2021

No hay más vida que la infancia.


 


Hice la guerra desde el sofá.

Gracias a Dios que mi televisor no era 4K.

Hubiera tenido que pedir al vecino

su Dyson para aspirar las ruinas.


Mis padres me construyeron el mundo

para tener luz, agua, gas y casa

y yo honré su memoria

poniendo el culo para que me follaran

a cambio de subirme los precios.


No es que esté resentido.

Ni gano ni pierdo. 

Solo se me olvidó participar.

Es comprensible. 

Creí que “Mazinger Z” tenía que ganar

 solo por el hecho de que deseaba que lo hiciera.


Nadie me explicó que detrás de los dibujos

había dibujantes, directores y productores.


¡Ojo! Agradezco haber crecido ingenuo.

No hay más vida que la infancia.

El resto es solo resistencia.


Quizá esa sea la razón de mi guerra contra el mundo.

A lo mejor no tenía que haber obedecido

cuando me dijeron que no me sentara en el suelo. 







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