martes, 18 de noviembre de 2014

un motín en tus bragas.

Fotografía: Javier Casino

Los mensajeros de tu bando se presentan ante mí.

Se ha declarado una guerra civil
en nuestro dormitorio.
Se han amotinado en tus bragas
el mercenario “Enfado” convenciendo al cabo “Lujuria”.
Apoderándose de su voluntad con palabras engañosas.

Ambos se han atrincherado tras unos sacos
de castidad y abstinencia
y tienen provisiones para varias semanas.

Mis soldados temen lo peor.
Cualquier batalla entre ciudadanos que comparten techos
será siempre sangrienta.

Mi alférez “Corazón” apela al diálogo:
Cualquier negociación
es siempre mejor que la violencia
–argumenta recibiendo la reprobadora mirada del sargento “Polladura”.

¡No hay acuerdo que valga
cuando se ha dado un golpe de estado!
–grita "Polladura" golpeando a sus esbirros “los hermanos Cojones”.

Mis dos militares enfrentados esperan
a que el General “Raciocinio” tome una decisión.

Este se ha encerrado en su despacho.

Tarda.
Tarda.
  Tarda...

Y tanto que lo hace.
Se ha ahorcado de la lámpara y se balancea como un péndulo.

De sobra sabía que cualquiera de sus maniobras tácticas
era un suicidio...

...a la hora de imponerse a las emociones


que ya habían sitiado la zona estratégica de tu vagina.



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