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| Fotografía: Javier Casino |
Esta noche necesitaba más que nunca decirle que la quiero,
pero su corazón está ciego.
El pájaro de los besos que no le dieron cuando era niña
picoteó su mirada hasta oscurecerla con dos pozos profundos.
Insaciables de color y luz.
Esta noche necesitaba más que nunca amarla como alguna vez pude hacerlo,
pero las excusas que mi razón me daba
–basadas en la más certera racionalidad –
me hacían entender que amar a quien no se ama
es desperdiciar caricias y promesas.
Es avivar el fuego con que las brujas invocan a los fantasmas
del dolor de lo que no se cree, de lo que no se ve, de lo que no se siente.
Esta noche ella estará más sola que de costumbre
y yo más cerca que nunca de sus sueños.
En definitiva:
SOLA.
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