jueves, 22 de agosto de 2013

dudar del amor que hace dudar.



¿Cómo se te ocurre hacerme dudar de tu amor?

¿No ves que tengo los pies cansados de buscar algo verdadero?

Esto nos pasará factura. Medrará en mi la inseguridad

de si soy o no suficientemente grande para ti.

Vale, ha sido una broma dices...

Pero lo que habita entre tus piernas no parece estar de risas.

No va a ser fácil que entre ahí abajo

si no pones un poco de tu parte. 

¿Cuánto tiempo llevabas planeando esto?

¿Qué es lo que encuentras tan divertido?

Anoche yo también tuve insomnio.

Y no estabas durmiendo a mi lado.

Me dio miedo seguir el rastro de luz 

que surgía del fondo del pasillo.

Sentía vergüenza por dudar de todo.

Y te esperé para confesarte mi falta de confianza.

Aunque me quedé dormido antes de tu regreso.

Esta mañana volvías a lucir tu cuerpo desnudo

enredado entre las sábanas esas que decidimos usar solo nosotros.

Parecías tan feliz como antes de conocerme.

No quiero ir de víctima, sé que lo parezco,

y supongo que lo soy...

Soy la víctima que la incertidumbre arroja

al barranco de los hombres que teniéndolo todo

no saben hacer nada.




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